FICHA TÉCNICA

EDICIÓN IMPRESA:
ISBN: 2604-8655-02
DOI:
Referencia: 96202-0
Fecha: noviembre, 2021
Encuadernación: rústica
Tamaño: 21 x 29.7 cm.
Páginas: 136 a todo color

PDF:
ISBN: 9772604865002:02
DOI:
Referencia: 96202-1
Fecha: noviembre, 2021
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La Revista de El Diario de la Educación. Núm. 2

Proeza. Cómo los docentes salvaron el vínculo con sus alumnos en tiempos de pandemia
Colección: Drets/Derechos, Ed
Género: Revista

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Presentación

Editorial: Elogio de los docentes que han luchado por sus alumnos

La proeza de los docentes consistió en hacer todo lo posible para mantener, en el confinamiento y cuando se recuperaron las aulas, el espíritu de la escuela, el espacio imprescindible para la transmisión de conocimientos, de vivencias, de encuentro con los compañeros, de apoyo.

El impacto de la pandemia sobre el sistema educativo fue tanto repentino como profundo. De golpe, los centros educativos cerrados, más de ocho millones de niños y niñas, adolescentes y jóvenes estudiantes, en casa. Visto con perspectiva, en la inmensa mayoría de los casos los docentes tuvieron una capacidad de reacción ejemplar para mantener la educación a distancia y para conservar el vínculo emocional con sus alumnos.

La pandemia y sus efectos demoledores pusieron aún más el foco en la importancia de la escuela, como espacio de aprendizaje e instrumento de justicia social. Cuando los niños, los adolescentes y los jóvenes regresaron a las aulas, volvieron con mochilas muy diferentes. Desde los que llegarán con el enriquecimiento que representó haber fortalecido el vínculo con sus padres, hasta los que volvieron cargados de miedos, incertidumbres, tensiones… Porque después de la emergencia sanitaria viene una crisis de desigualdad, que la escuela, una vez más, tendrá que gestionar.

El reto de acompañar a los alumnos, a sus familias, y al mismo tiempo mantener la cadena de aprendizajes nos ha hecho redescubrir el extraordinario valor que tiene la escuela a la hora de garantizar la equidad y la justicia social. De compensar las crecientes desigualdades. Sin la escuela, la familia se convierte en el único refugio de los niños y niñas. Pero los docentes saben que para algunos de sus alumnos esto no es así. Porque es la familia la que necesita refugio. Por razones económicas, de vivienda, de vínculos sentimentales, de desconexión con el entorno…

Si la escuela es equidad, el confinamiento fue segregación. Y si este es un problema endémico de nuestra sociedad, ahora se ha hecho patente de forma descarnada. ¿Hemos hecho todo lo que hemos podido como sociedad para mitigar el extraordinario impacto que ha tenido la pandemia en los niños, en los adolescentes, en los jóvenes? La inmensa mayoría de docentes, sí. Defendieron el espíritu de la escuela, el espacio imprescindible para la transmisión de conocimientos, de vivencias, de encuentro con los compañeros, de apoyo.

Los docentes lograron mantener estos valores en la distancia durante el confinamiento. Con el mérito añadido de hacerlo compatible con el cuidado de su propia familia, de sus hijos. Y cuando llegó septiembre del 2020 lucharon para mantener las escuelas abiertas. Culminaron su proeza.

Por todo ello, los docentes merecen nuestro elogio. Nuestro reconocimiento. Y nuestro apoyo para afrontar el segundo gran reto: recuperar la equidad que la pandemia destruyó aún más. Porque acompañar, aprender y enseñar son tres elementos profundamente imbricados. Y no pueden hacerlo sólo los docentes. La lucha por combatir la segregación, por conquistar una escuela auténticamente inclusiva, será de todos o no será. Este es el gran reto colectivo.

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